Órganos de Montoro
Los Órganos de Montoro son una gran formación caliza de estratos subverticales de edad cretácica, que pertenece al Maestrazgo turolense. Los estratos conforman un espectacular farallón, la forma asemeja a unos tubos de órgano de grandes proporciones, y de ahí la denominación del lugar. El fuerte buzamiento de la formación es consecuencia de la intensa estructuración geológica del sector de pliegues y fallas.
El tipo de vegetación dominante es típica de las zonas de montaña media mediterránea con predominio de carrascas y de matorrales esclerófilos entre los que destaca, por su presencia, la sabina negra. En las paredes de roca de los Órganos de Montoro, la representación de superficie vegetal es limitada, restringida a grietas y fisuras, pero de alto valor ecológico por su carácter endémico. En el ámbito del Monumento Natural se pueden encontrar alguno de los ejemplares de flora catalogada aragonesa como rabos de gato, hierbas de Santa Rosa, tomillares de Thymus godayanu y acebo.
La fauna de los Órganos de Montoro resulta variada e interesante. Destacan las aves rupícolas con predominio del buitre leonado en el aire y la cabra pirenaica sobre el suelo, especies bien adaptadas al clima continental-montañoso, con veranos suaves e inviernos muy fríos.
Están situados en el sector oriental del Sistema Ibérico turolense, en la carretera de Ejulve a unos 10 Km de Villarluengo y a 5 Kms. Aproximadamente de Montoro de Mezquita. Son unas formaciones impresionantes que a cualquier viajero le puede ser grato contemplar su belleza.
La Leyenda Íbera del Dios Yaincoa
Cuando el dios Yaincoa terminó la creación del mundo, el dios Dis, uno de los dioses infernales, intentó romper la tierra para que el fuego se apoderara del Universo. Para evitarlo, durante siete días el dios Yaincoa entabló una feroz batalla contra el dios Dis, resultando al fin vencedor Yaincoa.
Para conmemorar la victoria sobre su enemigo, Yaincoa acarreó enormes piedras durante otros siete días para construir un templo que recordara a todos los seres que el valle era un lugar sagrado. Después esculpió un enorme Órgano y compuso siete sinfonías para que fijaran el espacio de los siete horizontes y siempre hubiera un canto en cada boca y en cada rostro una hermosura nueva.