Masías Fortificadas






Las masías fortificadas son unos elementos muy característicos de todo el Maestrazgo pero a la vez muy poco conocidas. Tienen sus raíces en los tiempos posteriores a la Reconquista, por el siglo XII.

Estas masías fortificadas se construyeron con carácter defensivo ya que desde ellas se puede divisar gran parte de territorio y están ubicadas estratégicamente. De unas a otras se podían ver, y se dice que se comunicaban mediante tederos (que eran unos hierros en los que se metía madera de los pinos que lleva resina) por la noche (si la encendían quería decir que pasaba algo) y por el día posiblemente con señales de humo o con sabanas blancas o negras según la situación.

En Villarluengo actualmente hay 5 masías fortificadas, en las que la torre está en buen estado y se puede percibir e imaginar el transcurso de los años que ha visto pasar, así como los tiempos de guerras en que se construyeron.

Sus nombres son: Casa de Sisca, Mas de Torre Sancho, Mas de Torre Soriano, Torre Monte Santo y Mas de Torre Gorgue. Podemos destacar el Mas de Torre Sancho por sus impresionantes ventanales y escudo de carácter templario.

Seguramente existían otras tantas ya que varias masías tienen el nombre, precedido de 'torre...' como Torre Salillas, Torre del Medio, La Torreta, Torre Villores... pero seguramente esas torres las destruirían o se derrumbarían con los años.

Todas ellas en su día fueron destinadas a viviendas y a explotación agropecuaria, construyendo junto a ellas pequeñas casas adosadas a la torre, ahora solo hay una en la que reside gente, y las demás están destinadas a corrales o graneros.

Tienen una protección legal que se forja en la declaración genérica del Decreto del 22 abril de 1949. Ley 16/1985 sobre Patrimonio Histórico Español.