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La burocracia retrasa otra vez la nueva sala de despiece Molinos
Cuando un proyecto se atasca, se atasca y ni tan siquiera los implicados saben lo que cuesta sacarlo adelante cuando se depende de las negociaciones y los trámites de las administraciones públicas. Es el caso de la sala de despiece de Molinos que, a pesar de que las previsiones auguraron su apertura para el mes de septiembre del año pasado, nada se sabe al respecto. No hay plazos ni tampoco datos por parte del Gobierno de Aragón en relación a las previsiones de apertura.
La Asociación de Ganaderos de Raza Ojinegra (Agroji), la entidad que se hará cargo de la gestión y uso de la nueva instalación, tampoco sabe adelantar cuándo se podría inaugurar y abrir la nueva sala. «Nos consta que ahora los papeles de apertura están en los veterinarios titulares, que están analizando las características de la sala pero, más allá de eso, no tenemos datos. No sabemos si puede tratarse de días, semanas o meses», lamentó el presidente de la asociación, Joaquín Soler, que recordó la importancia de la planta para dar un mayor impulso al sector en la zona.
En este sentido, reconoció que la tardanza ha venido determinada por la documentación requerida por el departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón para garantizar el control de la sala antes de su puesta en funcionamiento. «Los permisos ya están. Al principio se nos resistieron un poco porque no tenían en cuenta las instalaciones que ya existían y que hubo que cerrar para darle viabilidad a la nueva sala», detalló el presidente, que reconoció que esto no provocó ningún malestar entre los propietarios porque «no quedaba otra solución» posible al respecto.
Con todo ello, los ocho socios vinculados a la sala esperan su puesta en marcha para poder empezar a comercializar cuanto antes. Han sido, y están siendo, años de larga espera teniendo en cuenta que la apertura de la nueva sala supondrá una nueva «forma de trabajar el cordero» ya que se podrá cortar y comercializar en el recinto y no hará falta recurrir a una empresa externa. La intención de la asociación, además, es la de aprovechar las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías a través de Internet. «En el medio rural no hay otro futuro que no sea el de la venta directa de la producción. Por eso estamos de acuerdo en darnos a conocer a través de la web una vez nos hayamos establecido en la nueva sala y empezado a producir», explicó Soler.
Hasta el momento, y teniendo en cuenta que ni tan siquiera se tiene una previsión concreta de apertura, tampoco se sabe cuántos puestos de trabajo podrá crear la instalación aunque, de acuerdo a las previsiones de Agroji, podría ser uno inicialmente y dos cuando se comience a vender el producto.