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Castellote: 25 años sin carbón

En pleno debate sobre la efectividad de la reconversión de la actividad minera en las cuencas aragonesas, los antiguos pueblos mineros hacen balance de cómo ha cambiado la situación en las últimas décadas.

La mayoría de las localidades que centraron su modelo productivo en el carbón han ido perdiendo población, explorando distintas vías para garantizar la supervivencia de sus vecinos. En algunos casos, sin éxito y, en otros, consiguiendo centrarse en el sector servicios y en el turismo.
Uno de estos ejemplos se encuentra en Castellote. Han pasado ya 25 años desde que las minas de la localidad cerraran sus puertas por falta de rentabilidad. El municipio del Maestrazgo ha pasado de una economía eminentemente minera a convertirse en un pueblo turístico cuyas principales actividades productivas tienen que ver con el sector servicios aunque también, en menor medida, con la agricultura y la ganadería. Su rico patrimonio arquitectónico y otras propuestas como el Bosque Pétreo de Dinópolis han llevado a Castellote a erigirse como una parada fundamental para los turistas que se adentran en la sierra de Maestrazgo.
El alcalde de la localidad, Ramón Millán, analiza los últimos años y considera que en su pueblo se ha desarrollado una diversificación que califica de «satisfactoria», pese a no contar con grandes cantidades de dinero en forma de ayudas y subvenciones para este fin. «Han sido principalmente las pequeñas iniciativas empresariales privadas las que han hecho que más o menos se mantenga la población», comenta. Según los datos que registra el Instituto Nacional de Estadística, en el año 1990 -momento en el que se cerró la última mina- el número de habitantes del municipio era de 872. En 2014, el padrón municipal reflejaba un total de 754 vecinos. A finales de la década de los ochenta, en Castellote había unos 80 empleos directos dependientes de las minas de carbón.
Colonias en otoño y verano
Una de las iniciativas empresariales ligada a la reconversión es la Escuela de Actividades de la Naturaleza, un albergue ubicado en las antiguas instalaciones de la mina ?Patricia?, el último pozo subterráneo que echó el cierre en el municipio en los años 90. «Compramos las instalaciones poco después de que cesara la actividad y hace 20 años comenzamos con los grupos de chavales», declara Javier Oquendo, uno de los socios del proyecto. Según explica Oquendo, las instalaciones están completas durante todo el verano con colonias de niños que llegan desde distintos puntos de la geografía española. Además, durante el otoño el albergue suele recibir las visitas de grupos de escolares procedentes de colegios de Zaragoza. La antigua carpintería se ha convertido en el comedor; los vestuarios en habitaciones; y los niños y niñas juegan alrededor de una bocamina camuflada tras un gran «sol» que se pone tras las montañas del Maestrazgo y que conforma el logotipo de la Escuela de Actividades de la Naturaleza.
Oquendo reconoce que los inicios fueron duros y que cuando se instalaron en la zona se extrajeron dos tráiler de chatarra de la antigua herrería. Además, recuerda que las únicas subvenciones que recibieron llegaron de los grupos Leader puesto que hasta el año 1998 no se implantó un Plan del Carbón tal y como lo conocemos en la actualidad, por lo que hasta entonces no existían ayudas a pequeños proyectos empresariales de carácter privado. Entre los años 1990 y 1998 si que vieron la luz varios programas para reordenar la actividad minera del territorio, pero los incentivos estaban dirigidos exclusivamente a las propias empresas del sector.
Pero la mina ?Patricia?, donde se ubica la Escuela de Actividades de la Naturaleza, no fue la última en echar el cierre en el municipio, ya que en los años 90 -después de ésta- se concluyeron los trabajos en el desmonte a cielo abierto de ?Elvira? y ?Palestina?. Se trata de alrededor de 70 hectáreas deterioradas en las que solo hay escombros y tierras no fértiles que el Ayuntamiento de Castellote querría recuperar.
«La cesión a la empresa ya ha terminado y la intención sería habilitar alguna explanada para, por ejemplo, instalar alguna explotación ganadera», destaca Ramón Millán. El primer edil recuerda que la empresa abandonó la explotación porque en la época no era necesario presentar planes de rehabilitación, pero que la compañía atiende las necesidades que van surgiendo, como arreglar los caminos rurales mediante los que se accede a explotaciones agrícolas.
Cuando se firmó el Plan del Carbón en 1998, Castellote fue incluido como pueblo minero y desde entonces sí se han llevado a cabo proyectos mediante el uso de estos fondos. En la última convocatoria de la iniciativa impulsada para la reactivación de las Cuencas Mineras se contemplan para la localidad 240.000 euros para la ampliación dle polígono y para la segunda fase de la restauración del Torreón de San Miguel.