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Los aprovechamientos micológicos tienen dos años para adaptarse a la ley
Los ayuntamientos que cuenten con aprovechamientos regulados tienen una moratoria de dos años para adaptarse al decreto que aprobó en noviembre de 2014 el Gobierno de Aragón.
Los ayuntamientos que cuenten con aprovechamientos regulados tienen una moratoria de dos años para adaptarse al decreto que aprobó en noviembre de 2014 el Gobierno de Aragón. Este documento será también el que sirva de base para todos aquellos pueblos y comarcas que deseen establecer zonas micológicas acotadas en su término municipal. Una de las principales características de este decreto es que por primera vez establece que las setas tienen un propietario, que es el dueño del terreno en el que habitan.
Las entidades locales y comarcales pusieron en marcha este tipo de espacios acotados amparándose en la ley de régimen local y tienen un plazo de dos años que se prolongará hasta finales de 2016 para comunicar al Gobierno de Aragón la existencia del aprovechamiento regulado. El jefe de Servicio de Planificación y Gestión Forestal, Miguel Ángel Ena, hace un balance positivo del primer año de funcionamiento de esta normativa e indica que muchos de ellos ya han puesto en conocimiento del Ejecutivo autonómico la existencia de los cotos. "Son pioneros en gestión del recurso y también eficaces en cuanto a la transposición del decreto", manifiesta.
Actividad de ocio
El decreto establece que está permitida la recolección episódica como actividad de ocio "y siempre y cuando su dueño no diga lo contrario". La cantidad máxima de hongos que se puede recoger en las zonas libres es de hasta tres kilos y a partir de esa cantidad el decreto prevé la posibilidad de poner sanciones, que deben de ser interpuestas por los agentes de protección de la naturaleza o por la Guardia Civil. En el caso de los aprovechamientos regulados es el propietario del coto el que establece la cantidad máxima a recolectar, que no superará los 12 kilos.
El precio que pueden cobrar los propietarios de los terrenos acotados es libre y depende en gran medida del tipo de seta que hay en esa zona. Además, Ena también señala que hay otras fórmulas de aprovechar los recursos micológicos y que en algunas zonas de otras provincias de España los permisos se entregan a cambio de alojarse en hoteles y hostales. "Es una forma de potenciar el turismo", asevera el jefe del área de Gestión Forestal.
Señalización homogénea
El decreto que ahora cumple un año también establece el tipo de señalización que tiene que haber en el monte que está regulado. El objetivo es que el usuario conozca si se encuentra en un aprovechamiento regulado o en una zona donde esté prohibida la recolección, una opción que ahora está contemplada.
La existencia de zonas con aprovechamientos micológicos va a más en la provincia de Teruel, donde en los últimos dos años se han puesto en marcha dos grandes cotos que abarcan toda la comarca del Maestrazgo y una gran parte de la Sierra de Albarracín.
De todas formas, Miguel ángel Ena precisa que el decreto publicado el 4 de noviembre del pasado año se centra exclusivamente en recolección y aprovechamiento y no atiende a aspectos relacionados con la posterior comercialización del producto.
El número de personas que sacan los pases para poder recolectar hongos aumenta cada año y desde las asociaciones micológicas están a favor de este tipo de cotos pero "siempre que el dinero que se obtiene se reinvierta en el monte", dice Cándido Sos, que forma parte de la Asociación Micológica de Castellón. De todas formas, el experto reconoce que es "muy difícil" controlar el monte y quién ha sacado los pases.