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Las lluvias y la nieve aumentan el caudal de las fuentes y hacen surgir manantiales

Los turolenses contemplamos estos días por televisión cómo las lluvias, siempre esperadas, son para algunos territorios cercanos una amenaza, por los desbordamientos que inundan bajos de casas, obligan incluso a desalojar barrios o empantanan cultivos durante semanas, como es el caso de la ribera del Ebro o zonas de la cuenca del Júcar. Pero en la provincia de Teruel las lluvias y nieves de este invierno no han provocado estos daños, sino lo contrario, fuentes secas o con apenas un hilo de agua, castigadas el año pasado por la sequía, vierten ahora sus aguas de manera generosa.


Enviada por: Lucía - Fecha: 07-04-2013 13:01:21

Para muestra una imagen; la de la fuente de Cella que se muestra ahora llena, lejos de la triste imagen de hace unos meses cuando era posible entrar caminando en el pozo.

El pozo de Cella muestra el estado de las fuentes de la Sierra de Albarracín, como cuenta Raúl Ibáñez, responsable del proyecto de inventariado de los manantiales de la Sierra. “La Fuente de Cella es un símbolo de lo que llueve en la Sierra de Albarracín, y ahora está prácticamente llena”, y es que destaca que el agua y la nieve de este invierno han sido muy bien recibidas en esta parte de la provincia.

También la nieve y el agua han hecho que por ejemplo en Nogueruelas hayan brotado manantiales como la Val del Azoo, o también los ojales o chorradores del Andrinal en Linares de Mora, en la sierra de Gúdar, donde hace unas semanas vivieron una intensa nevada histórica con acumulaciones de más de medio metro.

En el Maestrazgo también han visto cómo aumentaba el agua en lugares tan emblemáticos como el Nacimiento del río Pitarque.