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Despertar y proteger el recurso micológico

La revolución micológica en el Maestrazgo ha sacado a la luz el enorme potencial turístico y económico de un recurso endógeno de espaldas al que habíamos vivido hasta ahora. La acotación de los montes de esta pequeña comarca, con tan solo tres mil habitantes, ha permitido contabilizar la abultada cifra de visitantes que recorren los bosques.


Enviada por: Lucía - Fecha: 15-10-2014 18:52:49



La regulación del entorno, creando guías de recolección y zonas marcadas donde hallar setas, nació inicialmente como una medida de seguridad contra los recolectores furtivos que arrasaban los campos y ante las insistentes quejas vecinales. Sin embargo, este año, el segundo en ponerse en marcha el coto, los vecinos del Maestrazgo han saludado con los brazos abiertos a uno de los mejores otoños que se recuerdan. Con picos de casi mil turistas en un día en Cantavieja, la media desde septiembre alcanza la venta de trescientos tickets diarios. La regulación contempla un amplio abanico de posibilidades, desde los visitantes de un solo día (que pagan entre 5 y 8 euros) hasta los cupones anuales (50 euros año para forasteros). También, y para evitar abusos, se regula el uso comercial, con un coste de 60 euros diarios para aquellos que recogen setas para venderlas a restaurantes o verdulerías (esta temporada hay quien ha recogido 20 kilos en 4 horas).

El fenómeno que ha experimentado esta comarca abre un campo nuevo de desarrollo turístico que ya supone más ingresos incluso que la campaña estival. Ahora cabe esperar que se sepa explotar como tal en pleno otoño, de la mano de la caída de la hoja junto a los preciosos ríos como el Pitarque, entre los senderos de Bordón, Fortanete o Villarluengo, a los pies de los Órganos de Montoro, en los rincones de Mirambel, Cantavieja o Tronchón. Si unimos el patrimonio, la naturaleza y el otoño, de la mano de una campaña más amplia avalada por las instituciones provincial o autonómica, el Maestrazgo competirá con preciosos valles como Irati o el Roncal, cuyo otoño es de los más codiciados de España. Sería una lástima dejar a medias el camino que ya ha iniciado, fortuitamente o no, esta maravillosa y desconocida comarca.

Analizar la vorágine turística que se vive desde el año pasado en torno a las setas lleva a que nos planteemos con ironía cómo a veces las medidas más sencillas sorprenden con grandes aciertos que impulsan el mejor tipo de desarrollo para nuestros pueblos, aquel basado en los recursos propios. Otras zonas alrededor como Albarracín se han unido a la iniciativa, y en comarcas cercanas como Gúdar Javalambre también se están planteando la acotación. En el Pirineo hace años que existen rutas micológicas y senderismo otoñal de la mano de asociaciones empresariales, empresas de aventura, hoteles, restaurantes, comarcas y ayuntamientos. Nos llevan cien pasos de ventaja. Así que, si queremos vivir y defender esta tierra, ya va siendo hora de despertar.