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Las nuevas tecnologías tropiezan en el Matarraña y el Maestrazgo



Progresa adecuadamente pero no alcanza el aprobado en los municipios más aislados o con una orografía más compleja. Las tecnologías de la información y la comunicación siguen siendo una asignatura pendiente en el territorio bajoaragonés, lastrando el desarrollo de proyectos empresariales y de destinos turísticos en auge. Las dos comarcas más castigadas por la lentitud de las conexiones de internet y la falta de una red competente de cobertura móvil son el Matarraña y el Maestrazgo. A estas zonas se suman los problemas en pueblos como Valmuel, Puigmoreno, Castelserás y otras localidades pequeñas del resto de comarcas.


Enviada por: Lucía - Fecha: 15-08-2014 17:59:09

Empresarios y vecinos reivindican lo que para ellos es un derecho básico, poder disfrutar de la misma calidad en las telecomunicaciones que la gente de ciudad ya que las tarifas son idénticas. Sin embargo, las operadoras de internet y telefonía aducen a los elevados costes de distribución de las líneas en los pueblos más alejados.

Así las cosas, la solución más factible en la mayoría de casos pasa por la colaboración entre administraciones y empresas para compensar la falta de rentabilidad de invertir en el medio rural. Por ejemplo, la Comarca del Matarraña suscribió un convenio con la empresa Netllar para que la operadora pudiera hacer uso de las antenas propiedad de la institución para ofrecer un nuevo servicio con más velocidad a los pueblos de la zona. Uno de los más perjudicados por el sistema de cableado era, hasta hace poco, Cretas, que no admitía más líneas porque el servicio se colapsó tiempo atrás.

Actualmente, tanto Netllar como otras compañías más grandes ya ofrecen la posibilidad de contratar nuevas líneas. Cretas opta a contratar unos 6 megas pero los vecinos siguen demandando más velocidad. «Lo ideal sería disponer de entre 6 y 12 megas», comenta el alcalde, Fernando Camps.

La misma compañíá, Netllar, ha suscrito recientemente un acuerdo similar con el Ayuntamiento de Alcañiz para proporcionar mejor servicio a los empresarios del polígono Las Horcas. En otras localidades, los negocios que dependen de internet tildan el servicio de «aceptable» pero apostillan que podría ser mejor. Coinciden en este diagnóstico los responsables de empresas como Bodegas Crial, en Lledó, el Hostal La Trucha, en Villarluengo, o el Hostal Castellote. Por lo general, no tienen problemas para tramitar reservas o pedidos de compra pero la conclusión de años padeciendo problemas puntuales y falta de velocidad es que «todo es mejorable», en palabras de Mariano Lecha, del establecimiento castellotano.

De media, la mayoría de operadores no supera la velocidad de 1 mega para dar servicio a las localidades más pequeñas. La justificación se halla en el elevado coste y los exiguos beneficios de instalar potentes infraestructuras en pueblos de apenas 300 habitantes. «En una localidad como Puigomoreno, con poco más de 300 personas, habrá unos 70 núcleos familiares. De ellos, una cifra inferior a la mitad, unos 30, pueden ser clientes objetivos, algo que no sale a cuenta a ninguna empresa», explican fuentes del sector.

Móvil y 3G, el otro caballo de batalla
Si el servicio de internet fijo resulta deficiente, el 3G y la cobertura móvil tampoco brillan por su excelencia. Reiterados son los problemas por la falta de cobertura de todos los operadores en Castelserás, Ráfales o, el más llamativo de todos, Miravete de la Sierra, donde los usuarios solo pueden hablar por el móvil subidos a una piedra, el único punto del pueblo donde hay servicio. Uno de los vecinos de este pequeño municipio, Pascual Esteve, ironiza sobre la situación y explica que «ahora la piedra es más moderna porque hemos puesto una escalerita para subir».

Fuera bromas, las reclamaciones e incidencias por el mal servicio se suceden en el territorio. Roberto Lahoz, alcalde de Valmuel, lamenta que la localidad no cuenta con 3G y que la cobertura falla con frecuencia. En Lledó, la cobertura que se suministra desde las rocas de Benet no alcanza todas las viviendas y hay vecinos que han optado por volver a instalar telefonía fija en sus casas.

Fórnoles y los pueblos altos del Matarraña, así como Mazaleón, también han sufrido repetidas incidencias en los últimos años. Por no mencionar que los usuarios de compañías que no son la mayoritaria cuentan con escasos puntos de cobertura en casi todo el Bajo Aragón Histórico.

Además y como ya se denunció a raíz de la tormenta del último fin de semana, la telefonía móvil falla en gran parte de las localidades, no solo en las más pequeñas, en condiciones meteorológicas adversas. Por ejemplo, Ana Cidraque, del restaurante Arse de Híjar, comenta que «aunque el servicio aquí es bastante bueno, cuando hay tormentas suele fallar mucho».