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El Maestrazgo estudia implantar depuradoras de purín como las que hay en Cataluña

Todavía no se ha determinado una cifra exacta para el proyecto pero los representantes políticos y los ganaderos del Maestrazgo ya plantean que podrían sortear las trabas impuestas por la declaración de zonas vulnerables mediante la instalación de una pequeña planta depuradora. Se asemejaría a las instalaciones que ya funcionan en cada granja de la zona ganadera de Vic (Cataluña), donde la semana pasada se desplazó una delegación del Maestrazgo para estudiar su viabilidad.

Aunque allí la depuración de los purines se realiza en cada granja, las explotaciones de la comarca, al ser de menor tamaño, podrían funcionar con una de uso conjunto.


El presidente del Maestrazgo, Arturo Martín, establece en aproximadamente «poco más de 250.000 euros» el coste del proyecto que podría acometerse en la zona. Esta es la cantidad que costó a los ganaderos de Cataluña la instalación de sus propias plantas, «y la nuestra sería un poco mayor pero tampoco tanto como para que mucho más cara», recalca Martín. A nivel de sostenibilidad, los representantes del Maestrazgo conocieron de primera mano depuradoras que no suponen un elevado sobrecoste para los granjeros y que tampoco requieren gastos de mantenimiento. Uno de los principales problemas en la puesta en marchas de plantas de purín es la inversión diaria, dificultad que ha provocado que otras como la de Peñarroya esté cerrada desde enero.

«Las plantas que nos enseñaron son capaces de retirar el 92% de nitratos al purín, con lo que ya serviría para abonar 12 veces más que ahora los campos agrícolas», añade el presidente comarcal.

Eso sí, la posibilidad de contar con estas plantas depende en gran parte de la administración autonómica porque tanto las empresas ganaderas como los ayuntamientos se ven incapaces de invertir en un proyecto tan costoso. Es por este motivo que la Comarca está pendiente de llevar a cabo una reunión con el consejero de Medio Ambiente, Modesto Lobón, para poner sobre la mesa ésta y otras propuestas para minimizar el impacto de la declaración de zona vulnerable.

En el Maestrazgo, los municipios afectados por esta medida son Cantavieja, La Cuba y Mirambel. A partir de mediados de este mes, los ganaderos se ven obligados a reducir el purín que vierten en los campos.

Polémico decreto
Desde el pasado día 10, los granjeros de estos tres municipios del Maestrazgo y otros tres del Matarraña (Peñarroya, Fuentespalda y Monroyo) deben reducir a más de la mitad los purines que vierten en los campos como abono. La decisión fue aprobada por la DGA y procede de un requisito de Europa para reducir la contaminación.
Los pueblos incluidos en la zona vulnerable fueron analizados por los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro para medir que los niveles de nitratos en los acuíferos no sobrepasa los 50 miligramos por litro. Es el máximo que permite la Unión Europea y las masas de agua que lo superen deberán estar cuatro años con restricciones para evitar que la contaminación llegue a los puntos de abastecimiento del agua de boca.

En el caso de la zona del Matarraña, los granjeros piden solucionar las dificultades derivadas del decreto activando la planta de Peñarroya y creando otras nuevas. La depuradora, cerrada en enero, presenta un elevado sobrecoste para los granjeros, por lo que en el Maestrazgo quieren evitar una situación similar.
Sin embargo y según señala el presidente comarcal, opciones como la generación de energía con biogás para mejorar la competitividad de las plantas «no resulta viable». «En Cataluña nos dijeron que el biogás a ellos no les ha funcionado, por lo que no lo utilizan», añade. En los próximos meses, los pueblos afectados concretarán el proyecto con el que podrían solucionar el exceso de vertidos de purín.