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Los santoleanos reclaman la construcción de la nueva ermita de Santa Engracia
Los santoleanos reclaman la construcción de la nueva ermita de Santa Engracia en el Calvario de la localidad, abandonada tras la puesta en marcha del pantano castellotano.
El edificio ya tiene proyecto constructivo, y será muy parecido a la ermita de la Virgen de las Nieves de Calanda. La obra está incluida en los Planes de Restitución Territorial debido a las afecciones territoriales causadas por la construcción del embalse. Su presupuesto es de 77.000 euros.
Contará con una capilla, un espacio cubierto para celebrar almuerzos con bancos de piedra y un osario. Allà se depositarán los restos de los fallecidas que aún descansan en el cementerio de Santolea. Se encuentra en un estado ruinoso, muy afectado por una explotación de arcillas anexa a las instalaciones. «Muchos de los restos se encuentran a la vista, asà que es imprescindible tratarlos de modo adecuado», señaló Miguel Perdiguer, un hijo del pueblo que lo dio todo sin recibir, hasta el momento, nada a cambio.
No obstante, y debido a la situación económica, los proyectos incluidos en el Plan de Restitución deberán ser clasificados por orden de preferencia. La construcción de esta ermita deberá esperar a otras iniciativas catalogadas de imprescindibles. Tan pronto como los trabajos de recrecimiento de la presa principal de Santolea comiencen de nuevo, la prioridad absoluta será la construcción de un pozo de captación de agua para el abastecimiento de Castellote. Además, se agilizará todo lo posible el acondicionamiento de una carretera que unirá la A-226 con los barrios de Ladruñán y Dos Torres de Mercader. Esa vÃa cruzará por encima de la presa de cola.
Aún asÃ, Ramón Millán, alcalde de Castellote, señaló que la ermita se materializará lo antes posible. «Por respeto a las personas que tuvieron que dejar su pueblo debido a la construcción del pantano».
«Un pueblo vivo»
El historiador santoleano José Aguilar reclamó la edificación de la ermita para «hacer entender» que el pueblo «sigue muy vivo». Se ubicará junto a las ruinas de la vieja, dedicada a la patrona Santa Engracia. No era un edificio excesivamente vistoso, construido de tapial con revestimiento de cal, con un espacio cubierto antes de llegar a la puerta de entrada. «Pero fue un lugar muy importante para los santoleanos», reconoció Miguel Perdiguer. Era tradición celebrar el dÃa de la santa el 16 de abril. Partiendo desde la iglesia parroquial, los vecinos marchaban hacia el Calvario en romerÃa acompañados por música, con volteo de campanas y los cantos religiosos de los sacerdotes invitados ese dÃa.
A la llegada a la ermita se celebraba la misa, en la que participaba la mayorÃa de los asistentes. El sermón corrÃa a cargo de alguno de los sacerdotes invitados, que se encargaba de resaltar las virtudes de la Santa.
Terminada la misa, se volvÃa al pueblo nuevamente en procesión, como atestiguan las fotografÃas. Para la preparación de estas fiestas las mujeres se encargaban de elaborar un buen surtido de pastas en el horno del pueblo.
Hoy sólo quedan los restos del edificio. Junto a él se pueden ver todavÃa los restos del original Calvario. En vez de monolitos, cada una de las 14 estaciones contaba con una pequeña capilla donde se podÃa oficiar una misa. Cada una de las capillas era propiedad de una familia. Los santoleanos más pudientes poseÃan dos, y era su responsabilidad cuidarla y mantenerla.