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El Llovedor acoge a los varones de Castellote

Tal y como exige la tradición que nació hace ahora cinco siglos, Castellote retrocedió el 1 de mayo al año 1405, cuando once mozos, ante la pertinaz sequía que sufría este localidad, se desplazaron hasta la ermita de La Balma en la provincia de Castellón a implorar que lloviera.


Enviada por: Lucía - Fecha: 10-05-2013 23:23:44

La gracia les fue concedida y, desde entonces, decenas de castellotanos de todas las edades participan con el inicio del quinto mes en la romería a la ermita del Llovedor para conmemorar tal hecho.

Desde las diez de la mañana hasta bien entrada la noche, la festividad deja a esta localidad de la Comarca del Maestrazgo sin varones, siendo las mujeres las que velan por la seguridad y la tranquilidad del pueblo.
La jornada se inició, como es costumbre, poco después de las 07.00 cuando el sonido de ‘El Campanico’ se encargó de ir despertando a todos los vecinos avisándoles de la misa que a las ocho tuvo lugar en la iglesia de la Virgen del Agua, único momento del día en el que pueden asistir las mujeres y que fue celebrada por el párroco de la localidad.
Tras el almuerzo de rigor, varones de todas las edades bajaron hasta la Plaza del Caballón. Al frente de la procesión, cuatro niños portando la cruz. Detrás, el único quinto de 2013, acarreando un pesado y alto estandarte de color azul celeste. Todo ello estuvo acompañado por el tañir de ‘El Campanico’ y la voz del sacerdote invocando a los santos con el repetitivo ‘ora pro nobis’.
Una vez en el Caballón, tras los rezos en latín y un Padre Nuestro en memoria de los difuntos de la cofradía, partió la romería hacia la ermita del Llovedor, atravesando el largo túner que da acceso a la localidad.

Intensa jornada festiva

La jornada, meramente festiva, se inició en la misma ermita y en sus alrededores, donde tras un suculento almuerzo compartidos por todos los asistentes, se volvió a escuchar misa y tuvo lugar la asamblea de la Cofradía de la Virgen del Agua en la que, entre otros asuntos, se repasaron las cuentas, se detallaron los trabajos realizados en el último año y se expusieron para la aprobación de la asamblea las mejoras que se quieren llevar a cabo en la iglesia de la Virgen del Agua.
Al mediodía los romeros partieron en dirección hacia el Arenal y hacia el ‘Pocico de San Juan’, lugar donde se preparó la merienda y, como también marca la tradición, se entonaron varias jotas y canciones de la tierra.
Una vez finalizada la merienda, todos los asistentes marcharon en procesión hacia el pueblo, haciendo una nueva parada, esta vez en el cementerio donde se rezó a los difuntos continuando posteriormente hacia el Calvario. Tras la caída del sol tuvo lugar el reparto de las antorchas que poco después iluminaron el ascenso de este monte hasta la ermita de San Macario, donde hubo un último rezo antes de bajar, de nuevo en procesión, hasta la plaza del Caballón. Aquí se produjo el tradicional ‘saludo’ de los dos estandartes. Uno de los momentos más esperados y emocionante del día tanto para los hombres como para las mujeres. Consiste en cruzarlos varias veces por el aire, un acto que también sirve como la señal de relevo, ya que las mujeres tendrán su romería dentro de unos días coincidiendo con la celebración de Pentecostes. Este año se celebrará el día 18 de mayo. La jornada, finalizó donde había comenzado, en la iglesia de la Virgen del Agua.