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Los jóvenes toman las riendas para pisar el freno del éxodo rural

Son muchas las poblaciones que resisten ante el último padrón que indica la pérdida de 700 personas en las seis comarcas bajoaragonesas. Las noticias que llegan cada año del censo no son buenas pero existen motivos para celebrar. Berge ha abierto su guardería, Cantavieja es la capital de comarca que más ha crecido en el territorio y acciones, como la de poner casas en alquiler en Torrecilla o Torrevelilla, están surtiendo efecto. Para los agentes sociales y políticos el paso definitivo pasa por ser una tierra conectada por banda ancha.


Enviada por: Luc?a - Fecha: 07-02-2016 23:47:19

Las noticias que llegan desde el Instituto Nacional de Estadística (INE) no son halagüeñas en términos globales. El último padrón que recoge el número de habitantes a 1 de enero de 2015 da a la provincia de Teruel 138.932 habitantes, 1.433 menos que el año anterior. La tendencia a la baja se da también en España y en Aragón. Solo Zaragoza capital salva los muebles sumando 3.000 personas que elevan de nuevo el censo a 700.000.
En las seis comarcas del Bajo Aragón Histórico (Bajo Aragón, Bajo Martín, Andorra-Sierra de Arcos, Maestrazgo, Matarraña y Bajo Aragón Caspe) se produce el mismo fenómeno: a 1 de enero de 2015 el padrón es de 73.003 personas, 703 menos que el año anterior.
Los grandes núcleos son los más perjudicados. Alcañiz pierde un centenar de personas. Le siguen Andorra, con 83; Caspe, con 60; Alcorisa, y Calanda. Esta pérdida no repercute en los niños, de hecho, en algunas localidades como Alcorisa, no es sencillo cuadrar las plazas de guardería. También pierden Albalate, Aguaviva y La Iglesuela, que tiene 30 menos.
Entre tanta cifra a la baja existen motivos para esbozar una sonrisa porque varios municipios resisten e, incluso, incrementan población.
En la Comarca del Matarraña, Valderrobres sigue creciendo levemente. La capital tiene una de las grandes bazas en la ubicación de la Ciudad de la Carne que da empleo a cientos de personas. Pequeños municipios como Fórnoles sube ocho al pasar de 78 a 86 censados. Esta localidad fue una de las que hace años ofertó facilidades para atraer a nuevos moradores. También aumenta La Fresneda al pasar de 468 a 474 personas.
En la Comarca del Maestrazgo destaca el caso de Cantavieja, que creció en 17 personas y se sitúa a 60 de alcanzar las 800. Es la cabecera de comarca que más creció. «No solemos ser de los que más población pierden y esto es una alegría. Ha habido nacimientos y empadronamientos», dijo el alcalde, Ricardo Altabás. Parte de los empadronados proceden de La Cuba que queda perjudicado. En la misma comarca, en el Maestrago, Allepuz se mantiene en torno a los 117. Aquí, una pequeña suma supuso la apertura del colegio en septiembre. La llegada de dos familias a las que se facilitó empleo y vivienda hizo posible que el centro abriese sus puertas tras dos años de clausura.
En el Bajo Aragón Valdealgorfa lidera el aumento de censo por segundo año consecutivo. Tiene 14 habitantes más respecto a 2013 y se sitúa en 664. El año pasado ya pudo abrir su guardería. Este fenómeno se ha dado este año en Berge, que sin aumentar su población, ha registrado cinco nacimientos y otro que vendrá en este 2016. El ligero incremento en el censo en Castelserás trajo consigo la ampliación de su guardería el curso pasado. Aumentó de un aula, a dos ya que hay 18 niños. En el colegio ya se habilitó otro aula que permitió separara a los de 3 años de P4 y P5 de Infantil. «Creo que se está dando el caso de que la gente que se quedó es joven y está teniendo hijos pero son ciclos aunque ojala dure», dijo la alcaldesa, Esperanza Goni, que de seguir así piensa en habilitar las casas de los maestros como ludoteca. El último padrón les da 10 personas.
El mayor estancamiento se produjo a partir del año 2012 cuando se dieron tres fenómenos a la vez: alto índice de personas mayores y paralización de llegada de gente de fuera y de nacimientos.
Poner freno a la despoblación
Hace años que las noticias sobre el padrón no son positivas, de hecho, se ha asumido tanto, que desde las instituciones se habla de frenar. «Hace años que conocemos el diagnóstico y vale de lamentos, no tenemos la receta mágica pero habrá que tocar teclas hasta dar con la correcta». Mª Carmen Sánchez es la presidenta de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP) desde noviembre. Anunció que en febrero se constituirá la Comisión de Pequeños Municipios y Despoblación con el objetivo de que se visibilice el problema y de poner sobre la mesa estrategias. «Cada pueblo tiene su problemática. En el mío el éxodo se produjo con la mecanización del campo y por eso hay que buscar políticas para todos. Si no funciona una, seguir con otra pero no parar», comentó. Es la regidora de Used, municipio de apenas 280 habitantes de la Comarca de Daroca. Ella misma llegó hace años procedente de Madrid para echar raíces. Apuntó a la instalación de la banda ancha como gran parte de la solución. «Hay un proyecto de implantación de DGA y espero que dé resultado. Quedarte días sin tan siquiera cobertura de móvil no es de este siglo», lamentó.
Los problemas con la red hacen complicada en los pueblos más pequeños tareas tan cotidianas como expedir una receta electrónica.
A la espera de mejores comunicaciones los ayuntamientos van añadiendo esfuerzos. En la zona del Mezquín en localidades como Torrecilla de Alcañiz y Torrevelilla, entre otros, se apostó por rehabilitar espacios municipales y ponerlos en alquiler. Es, por ejemplo, el caso de la segunda planta de la Casa Cuartel de Torrevelilla, está ocupada por familias.
Más allá de grandes polígonos y empresas, parte del apoyo se centra en pequeñas iniciativas. En las próximas semanas se conocerán las bases para optar a las ayudas de los Grupos de Acción Local. A estas líneas se suman las que proceden de DGA para el sector primario. Por un lado, las destinadas a la modernización de explotaciones agrarias y, por otro, a nuevas incorporaciones. Aunque es un gran incentivo, a la administración le queda trabajo ya que sin un apoyo extra de capital propio, se hace complicado lograr un acceso a pleno rendimiento.